domingo, 29 de abril de 2018

Crisis en empresas familiares

Conflictos en empresas familiares

A veces la empresa familiar se puede tornar un ámbito donde impera la rivalidad, la descalificación y las discusiones.




Por Norberto Abdala, psiquiatra.
Clarín


Tenemos una pequeña empresa textil que manejamos por años con mi marido, con la ayuda de empleados fieles. Desde que entró mi hijo menor (38 años) todo cambió y tanto en casa como en el trabajo tenemos discusiones terribles porque se cre el dueño de todo. P.E.S., Castelar.

La importancia de las empresas familiares radica en que suelen ser claves en la creación de empleo y de riqueza en casi todos los países del mundo, se traten de pequeños emprendimientos o de grandes multinacionales.

Su característica principal es la interacción existente entre la dinámica familiar y empresarial, que muchas veces potencia, pero que también puede ser fuente de conflictos si no coincide la función primordial de la familia (asegurar el bienestar de sus integrantes y satisfacer sus necesidades emocionales) con los de la empresa (generar logros económicos).

Para el integrante de una familia suele ser muy halagador el ofrecimiento de formar parte del emprendimiento de trabajo que ya está en marcha, aunque eso implique la necesaria adaptación a un equipo laboral donde cada uno de sus integrantes ya tiene funciones determinadas en ese dinámico engranaje.

Pero esta inclusión suele tornarse complicada si existen conflictos familiares que se trasladan a la empresa o, a la inversa, cuestiones laborales que se discuten después en el ámbito familiar.

Este resulta sin duda el mayor problema: separar y hacer compatibles las relaciones familiares y de trabajo ya que los protagonistas en ambos escenarios son los mismos actores; por lo tanto, si los límites y las funciones no se separan y fijan con claridad, las tensiones –sean evidentes u ocultas– resultarán inevitables.

Un conflicto bastante frecuente y común deviene cuando quien se incorpora a la empresa no tiene los conocimientos o la calificación técnica suficiente como la de los otros empleados preexistentes y se le asigna o asume por cuenta propia una jerarquía superior a la del personal competente y experimentado.

Es usual que, por venir del seno familiar, el sujeto considere que tiene privilegios que le otorgan una categoría superior y, más aun, si el dueño de la empresa lo permite con la idea de evitar conflictos en casa.

Otra fuente de tensión resulta del envejecimiento del fundador si se cuestiona su liderazgo, se pretende su retiro o que entregue el timón en manos de los más jóvenes, tengan estos o no la experiencia suficiente para esa función.

Si esto ocurriera, el padre, que en la familia es el pater familia, en la empresa resulta cuestionado, y se genera así una conflictiva inversión de roles.

Un factor de poder que utilizan los jóvenes suelen ser los conocimientos en las nuevas tecnologías, y más aun si los mayores tienen dificultades o son renuentes para encararlas.

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Muchas veces, la empresa familiar –exitosa para el sostén y crecimiento económico de la familia– se puede tornar paulatinamente un ámbito donde impera la rivalidad, la pretensión excesiva, la descalificación mutua y discusiones que hacen del ámbito familiar un lugar poco confortable para sus integrantes.

Aunque toda empresa enfrenta dificultades cotidianas y roces por las interacciones personales que se generan en la dinámica diaria, es en las empresas familiares donde pueden mostrarse de manera exacerbada por lo cual conviene el asesoramiento de expertos en el tema.

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